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Cambiar de planes

By 14th novembre 2021 No Comments

Sería bueno sentarnos con aquellos que han sobrevivido a la necropolítica, a la pobreza, a la tortura, a la violación de los derechos humanos de su pueblo, de su comunidad y de su familia

No sé si por suerte o infortunio, tal vez haya llegado el momento de navegar por lo aberrante. «Aberrar» significa desviarse del camino establecido, o bien apartarse de lo conocido. ¿Quién está dispuesto, pero, a aberrar?

Hoy más que ayer, me pregunto cuántos planes han tenido que cambiar aquellas personas cuya vida cabe en una maleta. Si nuestros planes siempre están sujetos a imprevistos, -más todavía durante una pandemia- ¿con qué imprevistos han tenido que lidiar aquellas personas que, lejos de su nido, tratan de hacer frente a una nueva vida, con todo el sufrimiento e incertidumbre que eso conlleva?

Para variar, los más vulnerables están pagando el peor daño: las estimaciones oficiales afirman que al menos 10.000 niños refugiados habrían desaparecido al llegar a Europa. Según la Europool, un porcentaje elevado estaría en manos de redes de trata humana y explotación sexual. ¿Qué plan macabro pretendía (y pretende) Europa con su  política de fronteras cerradas? Sí, tal vez sean las personas refugiadas quienes conozcan mejor el significado de aberrar.
En Reus, tomarse un café con alguno de los rescatados por el Open Arms le amplía a uno la visión de la vida, y le libera de estupideces.

Durante estas últimas semanas, el miedo a contagiarnos hace que todos estemos más apáticos, silenciados por un rumor apocalíptico generalizado. La gente ha aceptado la grieta de la distancia, y en  ella algunas emociones inesperadas han aparecido de nuevo.

¿Será que nuestro miedo a morir está quebrando el mundo disociado en el que vivíamos antes de la pandemia?

Ya que el miedo nos empuja a cambiar de planes, a concebir realidades ya olvidadas – o autocensuradas-, tal vez sería bueno sentarnos con aquellos que han sobrevivido a la necropolítica, a la pobreza, a la tortura, a la violación de los derechos humanos de su pueblo, de su comunidad y de su familia. ¿En qué fase de la desescalada vamos a aberrar: a cambiar de planes? ¿Cuándo llegará la autorización? Nuestra autorización.

El mundo, igual que el proyecto vital de cada uno, no cambia solo con desearlo. Para ello hay que atreverse cambiar de planes, aunque sea con miedo.

Xifré Ramos